Creo que la honestidad y la valentía de Manuel y Asunta al decirnos lo que sentían y/o pensaban, junto con su mirada compasiva al denunciar nuestros juegos neuróticos en la pareja, combinados con algunas dosis de humor fueron el ejemplo que necesitamos para atrevernos a comunicarnos desde el corazón, con el cuidado y la valentía de dos que se aman. Ahora mi mujer y yo nos entendemos, respetamos y amamos más aún. Gracias.

Las sesiones de Movimiento con Manuel se convirtieron en un hilo conductor de mi proceso, en un espacio donde descargar rabia añeja y abrirme a algo nuevo. Un lugar donde continuar la exploración que iniciábamos en las sesiones individuales, un tiempo en el que integrar y encarnar los aprendizajes que llegaban desde lugares insospechados.

Desde el principio su ternura y honestidad calmó el miedo proyectado que tenía desde el primer día que llegué a su consulta. La crudeza y la amorosidad de sus devoluciones me ponían vulnerable a la verdad de mi ser. Lo que aprendí en esos meses de proceso se ha encarnado en mi y espero no olvidarlo porque ya viaja conmigo, en mis células.

Darme cuenta de cómo con mi palabra construía una realidad que me hundía emocionalmente. Aprender a nombrar mi realidad de otro modo, ponerle humor y Amor a mis particularidades. Y que mis defectos dejaran de impedirme ser espontánea ha sido una de las mejores cosas en esta etapa de salida al mundo profesional, mayor compromiso con mi chico y de renovación de mis redes de amistad.

Abrirme a ser acompañada por Manuel cuando me sentía con mis asuntos en carne viva y recibir el respeto y la aceptación de mis zonas más oscuras en su mirada. Su presencia, grande, amorosa, solida y cuidadosa me ayudó a repararme en lo profundo. Todos estos años han valido la pena, los llantos, los costos económicos y las inversiones de tiempo y dedicación, trayendo una mayor alegría y frescura para mi vida. Y una mirada más atenta a la oportunidad de lo misterioso y lo imprevisible. Que gusto soltar mi antigua tendencia a controlarlo todo, gracias.

Gracias al trabajo de acompañamiento de Manuel, a su apoyo y confrontación cruda con mi realidad negada y las orientaciones a trabajos grupales que me sugirió durante el tiempo del proceso que compartimos, pude salir del hoyo de desvitalización en el que me encontraba cuando llegué a su consulta y re encaminar mi vida con una mayor conciencia de mis necesidades verdaderas con recurso que ni sabía que tenía dentro.