Tras más de seis años pudiendo dedicarme, ya en exclusiva, a acompañar a personas en procesos individuales, de pareja y en grupos, he comenzado una nueva etapa en mi consulta de psico terapia en Madrid.
Es un motivo de especial alegría para mi compartir que… Gracias a las oportunidades que me brinda esta magnífica sala de la que dispongo en una zona muy céntrica, estoy ya desde hace unos meses pudiendo hacer el tipo de sesiones que me gustan más y en las que creo más firmemente. Mi corazón late con fuerza al poder desarrollar más el trabajo psico corporal que tanto me ha aportado e interesado; comprobando, cada día, la sanación que este suma al proceso de las personas a las que atiendo.
Por un lado, la notoria “intimidad acústica» con la que hemos preparado la sala permite la más libre expresión de cualquier estado emocional por el que la persona puede transitar en una sesión, lo cual es un valor añadido ya en si mismo.
A la mayoría de nosotros, a lo largo de nuestra más tierna historia, nos han “invitado”, de mejor o peor manera, a guardar silencio y a reprimir la manifestación de determinados estados emocionales. Cortándonos así la posibilidad aprender a manejarlo de una manera adecuada para que no nos dañe ni a nosotros, ni a nuestro entorno. Todo lo que reprimimos tiende a “enquistarse” dentro de nosotros, provocándonos contracturas musculares crónicas, sufrimiento psico-emocional, pensamientos negativos, etc. Y todo lo que liberamos expresándolo nos alivia y energetiza.
Por otro lado, la gran amplitud, que esta sala de 30 metros cuadrados casi diáfanos brinda, facilita la posibilidad de entrarle, a los contenidos inconscientes de la persona, por una puerta poco habitual, accesible, segura y que no engaña, el cuerpo. A la hora de sanar las escenas que nos podamos encontrar en nuestras exploraciones, poder contar con un entorno seguro, amplio, despejado y adecua
do para recibir las descargas, que esas liberaciones de energía encapsulada pueden producir, es fundamental.
Considero que, poder llevar al cuerpo cualquier contenido que la persona esté explorando o integrando en estas condiciones, junto con la posibilidad de “sacar la voz” sin miedo a ser inadecuado o a ser llamados la atención es una de las experiencias más transformadoras que he conocido.
De manera que un robusto “colchón de descarga”, como el que tenemos en la sala, se convierte en un aliado por el que la mayoría hemos necesitado pasar en algún momento del proceso de transformación. Especialmente cuando estamos trabajando con “estados de alta frecuencia vibratoria” como la rabia contenida, ira acumulada, enfados y resentimientos (actuales o antiguos, el inconsciente es atemporal y esto hay que utilizarlo a favor) y/o necesidades de auto afirmación y nuevos posicionamientos vitales. Muchas veces una vivencia traumática necesita, para ser sanada, que la persona transite por un estado vibracional cercano al que lo produjo, siendo necesario para esto un entorno adecuado y la guía de un terapeuta experimentado para no correr el riesgo de re-traumatizar y que la persona se libere de aquello que le angustia o deprime.
Creo que esto es de vital importancia y muchas veces no se puede experimentar en todos los gabinetes de psicoterapia.
Por todo esto estoy ofreciendo sesiones individuales de trabajo psico-corporal. Tanto para personas que ya están recibiendo terapia, como un complemento (desde lo puramente corporal) al proceso que estén siguiendo con otros profesionales. Como a personas que, habiendo pasado ya por sus procesos personales y/o terapéuticos estén queriendo acercarse a este tipo de trabajos. Bien sea para abordar un asunto puntual “que se esté atravesando” en estos momentos o para explorar algún aspecto de sus vidas, de sus relaciones y/o de sus contenidos internos en unas pocas sesiones, ya que el proceso de crecimiento personal no termina nunca, al menos para los buscadores que somos más sedientos.
Con el trabajo que planteo suele ser suficiente con una serie de 3 ó 5 sesiones, de hora y media o dos horas, para personas con más proceso acumulado y de 5 a 9 sesiones en personas con menos recorrido terapéutico. En función del requerimiento inicial, la necesidad que traiga y las posibilidades de la persona pactamos una frecuencia quincenal o mensual, e incluso para personas de fuera de Madrid he estado haciendo sesiones más largas en fin de semana con buenos resultados en todos los casos y opciones.
Son varios/as ya los/as compañeros/as que, gracias a su confianza en mi trabajo y mi recorrido, me han enviado algunos/as “pacientes» suyos/as para complementar el proceso de psicoterapia más al uso que con ellos/as estaban siguiendo y la experiencia también esta siendo muy satisfactoria para todos. Se producen, con estas sesiones, dinamizaciones interesantes de esos procesos, aperturas de contenidos que no estaban siendo accesibles y saltos cuánticos en la integración de asuntos que se vienen trabajando en la frecuencia de la Terapia de proceso que con estos compañeros estaban siguiendo, apreciándose avances considerables con la consiguiente satisfacción de las tres partes implicadas. Lógicamente a las personas que vengo acompañando en mi consulta también les estoy proponiendo este tipo de trabajos aunque con la ventaja añadida de que es en esta sala en la que trabajo habitualmente con ellos/as y siempre tenemos estos recursos disponibles para emplearlos con la inmediatez de cuando aparece la necesidad en medio de las sesión semanales o quincenales.
De modo que… con gran ilusión y alegría os comparto esta información y os ofrezco esta posibilidad sea cual sea tu área de interes y posición. Quedo abierto a cuantos comentarios, aclaraciones o preguntas te surjan, estando a disposición para atenderte y/o informarte.
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